Colección: Pensamiento empresarial. de personas que en ella laboran. Al hablar de los fundamentos del liderazgo, se hacía notar cómo al ser humano hay que individualizarlo, distinguirlo, sacarlo del anonimato al que tiende a colocarlo el ser uno más dentro de un gran conjunto. El conocimiento e individualización de personas, depende lógicamente del nivel de autoridad. Un presidente conoce o debe conocer a sus gerentes. Un jefe de repartición a sus empleados. Pero si cada persona investida de autoridad realiza el mismo esfuerzo de individualización de quienes se hallan bajo sus órdenes, el resultado será el de hacer partícipe a cada empleado de la obra común. De ello se deriva una atmósfera psicológica, cuya calidad interesa fundamentalmente. No puede esperarse rendimiento elevado de agrupaciones quebrantadas internamente por rencillas, envidias, emulación deslealtad, chismografía, intrigas, animosidades. Y para cada componente humano de una atmósfera determinada por condiciones de tal naturaleza, la vida se torna insoportable. El trabajo absorbe la mayor parte del tiempo útil del individuo, la jornada de ocho horas laborables, se alarga con el desplazamiento de ida y regreso, las preocupaciones ligadas con el oficio que se cumple, los inevitables comentarios en el hogar. Si se toman ocho horas de sueño, el trabajo envolverá tres veces más tiempo que las actividades independizables del mismo. Esta consideración revela la importancia de que el trabajo sea placentero en la medida de lo posible. Esto pue 46
El liderazgo, clave del éxito en la empresa
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