Colección: Pensamiento empresarial. ENTUSIASMO Aplicado el trabajo, el entusiasmo se concibe como el grado de interés sincero, ánimo y mística con que se emprenda la realización de un trabajo. Este, por arduo que sea, puede acometerse con espíritu jovial y alegre, que resulte contagioso para los demás miembros del organismo, particularmente quienes ocupan posiciones subalternas. Cumplir porque hay que hacerlo, torna ingrata cualquier tarea, particularmente si es difícil o si no compromete tendencias vocacionales. La indiferencia por los deberes y su aceptación como mal inevitable, genera una actitud negativa, que trasciende del jefe y se transmite inconscientemente a los subordinados, por esos vasos comunicantes, invisibles pero existentes, que enlazan los diferentes niveles jerárquicos. La viveza en la expresión, de las palabras que se escojan para transmitir disposiciones verbales o escritas, el tono de voz en el primer caso, o la forma de redacción en el segundo, pueden despertar interés y suscitar entusiasmo, en la misma medida en que lo disminuyen o convierten en tediosa tarea cualquier esfuerzo en el cual trascienda desgano por parte de quien debe dirigirlo. El entusiasmo, por otra parte, despierta la imaginación creadora, la recursividad suscita iniciativas, pues el ser humano se hace tanto más productivo cuanto más energías, fe y voluntad consagre a un propósito. 36
El liderazgo, clave del éxito en la empresa
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